Trabajo Decente
En medio de las conversaciones sobre trabajo del futuro, la pandemia parece habernos devuelto a las conversaciones del pasado. Aspectos que no estaban en discusión hace más de un siglo, consagrados como inalienables en el derecho internacional, emergen a resguardo de una crisis que parece funcionar como excusa al retroceso.
La situación revela las diferentes facetas del mercado del trabajo y pone de manifiesto la polarización, precarización y la distribución desigual de los recursos necesarios para hacer frente a las consecuencias.
Entre tantas urgencias es necesario volver a poner primero lo primero: ¿de qué hablamos cuando hablamos de trabajo? ¿Podemos llamar trabajo a una jornada laboral sin restricciones o a un salario que no permite sostener la vida? ¿Podemos llamar trabajo a espacios inhóspitos, hostiles y violentos? ¿Podemos llamar trabajo a una relación que solo impone responsabilidades y no derechos?
Trabajo y trabajo decente no son sinónimos y deben volver a serlo. Sean cambios coyunturales o estructurales, el trabajo decente es una herramienta indispensable para mejorar la vida de las y los trabajadores y es una de las grandes reivindicaciones lucha del movimiento sindical internacional.
La crisis dejó sin empleo a millones de personas y millones más retrocedieron en derechos, al mismo tiempo que crece la desigualdad. Con ricos más ricos y ricos más pobres, es momento de poner firme sobre la mesa los derechos laborales como derechos humanos y las responsabilidades donde corresponden.
Desde el proyecto FES Sindical para América Latina y el Caribe hacemos un llamado a volver a poner #PrimeroLoPrimero. Porque ninguna salida de la actual crisis se puede planificar sin poner primero el trabajo decente.
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Existe un consenso internacional respecto a las condiciones del trabajo decente. Tanto la Organización Internacional del Trabajo como las organizaciones sindicales a nivel nacional, continental e internacional tienen sus estándares y requisitos indispensables.
La Confederación Internacional de Trabajadores/as de las Américas en su Plataforma de Desarrollo de las Américas establece que el derecho al trabajo decente, con igualdad entre géneros, etnias y generaciones, sin discriminación alguna, debe constituir el centro de la estrategia de desarrollo de los países de las Américas.
Con base en estas definiciones, desde FES Sindical elaboramos un Quiz que permite reconocer 5 requisitos indispensables para chequear la propia condición laboral y conocer más a fondo cada concepto.
El trabajo decente debe ser una política impostergable de los gobiernos cuando termine la pandemia. Ningún trabajo precario va a sacar a la clase trabajadora de la crisis.
Carecer de un vínculo formal y estable no solamente es insostenible para las personas trabajadoras: es negativo también para la economía de los países. La informalidad incide en que nuestra región continúe con altísimos niveles de desigualdad, lo que impacta en las dinámicas de productividad y desarrollo.
Invitamos a todas y todos a responder estas preguntas y conocer más a fondo cada concepto además de compartirlo con sus compañeras y compañeros.
No cabe duda: muchos gobiernos y asociaciones empresariales intentan aprovechar la pandemia para bajar los estándares laborales e imponer flexibilizaciones a expensas de las y los trabajadores.
El coronavirus ha destruido las economías de millones de familias, pero no las de los más ricos. Las fortunas de los multimillonarios volvieron a sus máximos anteriores a la pandemia en meses, mientras que la recuperación de las personas más pobres podría llevar más de una década.
Según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas, la pobreza volverá a crecer por primera vez en treinta años y el número de pobres se incrementaría en 500 millones de personas. Con el 80 por ciento de las personas asalariadas del mundo afectadas, queda claro a hombros de quién se está cargando la crisis.
El movimiento sindical ha liderado las acciones solidarias en el mundo entero. Sus propuestas de transformación de la matriz de protección y el trabajo conjunto para encontrar salidas han sido la norma. La salida de la crisis necesita del diálogo tripartito entre sindicatos, empresas y Estado para diseñar políticas más coherentes y ponerlas en práctica sin demora. Las experiencias de las crisis pasadas muestran que los países con un fuerte diálogo social son más eficaces en la recuperación.
A lo largo y ancho de América Latina y el Caribe, las voces de los movimientos sindicales se han unido bajo una misma consigna: aquellas personas que cuentan con un trabajo decente son quienes tienen más capacidad de resistir a los momentos de incertidumbre como los que estamos viviendo. Es hora de poner primero lo primero: trabajo decente debe ser la prioridad de los gobiernos para la salida de la crisis.
Accede a los discursos de sindicalistas de 14 países que ponen #PrimeroLoPrimero.
Friedrich-Ebert-Stiftung
Proyecto Sindical
Gral. Arturo Baliñas 1145
Piso 8
11100 Montevideo, Uruguay
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