19.09.2025

¡La justicia de género no es una agenda secundaria!

Este artículo recoge los principales debates de la serie global “Construcción de sindicatos con justicia de género” de la FES, que reunió experiencias de diferentes regiones del mundo desde una mirada práctica y transformadora.

La negociación colectiva para la justicia de género

La negociación colectiva puede servir como un instrumento central para mejorar las condiciones laborales y de vida de todos los trabajadores, tanto mujeres como hombres. Sin embargo, el último Índice Global de Derechos 2025 de la Confederación Sindical Internacional (CSI) revela que el derecho a la negociación colectiva ha sido violado en el 80% de los países del mundo. En nuestra reciente serie de diálogos globales “Construyendo sindicatos con justicia de género”, hemos explorado los medios y oportunidades para situar la justicia de género en el centro de la negociación colectiva, a pesar de la preocupante tendencia global.La negociación colectiva puede servir como un instrumento central para mejorar las condiciones laborales y de vida de todos los trabajadores, tanto mujeres como hombres. Sin embargo, el último Índice Global de Derechos 2025 de la Confederación Sindical Internacional (CSI) revela que el derecho a la negociación colectiva ha sido violado en el 80% de los países del mundo. En nuestra reciente serie de diálogos globales “Construyendo sindicatos con justicia de género”, hemos explorado los medios y oportunidades para situar la justicia de género en el centro de la negociación colectiva, a pesar de la preocupante tendencia global.

¡La justicia de género no es una agenda residual!

Chidi King, Jefa de la Rama de Igualdad de Género, Diversidad e Inclusión de la OIT, argumentó por qué los sindicatos deberían priorizar la justicia de género en la negociación colectiva. Ante la disminución de la afiliación sindical a nivel mundial, los sindicatos se enfrentan al desafío de atraer nuevos miembros. Para ello, deben demostrar su capacidad de representar los intereses y derechos de todos los trabajadores, en particular de quienes experimentan la mayor discriminación en el mercado laboral. Si las agendas de negociación colectiva no reflejan estas realidades, será aún más difícil para los sindicatos seguir siendo relevantes y atractivos para la mayoría de los trabajadores.

¿Cómo se expresa la justicia de género en la negociación colectiva? Transformando las relaciones de poder en el mundo del trabajo…

Incluir “cláusulas de género” en los convenios es un paso inicial para abordar cuestiones especialmente relevantes para las mujeres trabajadoras. Sin embargo, King subrayó la necesidad de desarrollar un enfoque más integral para promover la justicia de género en la negociación colectiva. A través de la negociación colectiva, se pueden introducir cambios estructurales en la organización del trabajo y de la vida para superar las desigualdades. Esto puede incluir cláusulas sobre la responsabilidad compartida en el cuidado, las relacionadas con la maternidad y aquellas que aborden la brecha salarial de género. Lógicamente, mientras las mujeres enfrenten discriminación salarial, las familias tendrán menos incentivos para que los hombres tomen licencias parentales, optando en cambio por que las tomen las mujeres, ya que representa una “pérdida” económica menor. En este punto, King preguntó: “¿Por qué no examinar cómo se organiza el propio trabajo para que todos puedan equilibrar las responsabilidades familiares y tener tiempo para el ocio y otras actividades fuera del trabajo? Si los sindicatos ignoran la justicia de género como elemento central de su agenda de negociación, entonces están perdiendo una oportunidad para cambiar realmente la forma en que se organiza el trabajo y lograr un mundo laboral que funcione para todos, mujeres y hombres, y, por supuesto, para otros grupos poblacionales más marginados.”

…y los sindicatos

La participación de las mujeres en el movimiento sindical es clave para fortalecer la justicia de género en la negociación colectiva. No se trata solo de incorporar a las mujeres en programas de liderazgo, sino de hacer que los sindicatos sean verdaderamente inclusivos y democráticos, transformando la cultura política de las organizaciones. Contar con mujeres capacitadas en los equipos de negociación es un reflejo clave de dicha transformación y un requisito para lograr con éxito la negociación colectiva con justicia de género. Rose Omamo, Vicepresidenta de la Confederación Sindical Internacional África (CSI África), dijo que se requiere voluntad política por parte de los líderes para avanzar en la construcción de equipos de negociación plurales. Además, exigió que se disponga y utilice información desagregada por género para construir argumentos y plataformas de negociación orientadas a la justicia de género. “¡Si el género es invisible en los datos, es imposible que se incluya en las plataformas de negociación!”

María Fernanda Alfonso, Secretaria de Género del Sindicato del Servicio Nacional de Aprendizaje sobre Derechos Laborales Fundamentales (SINDESENA) en Colombia, señaló el desafío transgeneracional y la necesidad urgente de agendas de negociación que reconozcan las trayectorias de vida y las demandas específicas de las mujeres jóvenes, para apoyar y defender sus derechos.

“La justicia de género no es una opción secundaria, sino una necesidad para construir un diálogo social más inclusivo y justo en nuestra región árabe. Ha llegado el momento de que las mujeres se conviertan en socias efectivas en la toma de decisiones negociadas, no solo para garantizar sus derechos, sino también para asegurar una sociedad más justa y digna para todas y todos.”

— Aisha Hamouda, Presidenta del Comité de Mujeres de la Confederación Sindical Árabe (ATUC).

Logros clave en la mesa de negociación

La movilización y el trabajo de las mujeres organizadas han llevado cuestiones clave a la mesa de negociación, incluyendo la igualdad salarial y de oportunidades, el abordaje de la violencia y el acoso en el lugar de trabajo, el reconocimiento de las disparidades de género en los cuidados y la presentación de propuestas para abordar estos problemas, como la licencia parental remunerada y el establecimiento de instalaciones de cuidado en los lugares de trabajo.

Aisha Hamouda destacó particularmente la importancia del Convenio 190 de la OIT sobre Violencia y Acoso, que se ha incorporado en acuerdos firmados en varios países árabes. Esto ha permitido avances en la inclusión de mecanismos de prevención y protección y en la adopción de medidas para crear entornos laborales seguros, como se ha demostrado en Túnez. La Confederación Sindical Árabe celebró el lanzamiento de la aplicación “Tawq” como una herramienta innovadora que permite a las mujeres presentar denuncias de forma segura, seguir sus casos electrónicamente y facilitar el seguimiento por parte de las estructuras sindicales.

Según Rose Omamo, situar la justicia de género en el centro de las negociaciones laborales y construir una estrategia de negociación a largo plazo han sido decisiones estratégicas adoptadas por el movimiento sindical africano. A través de estas medidas, se incorporaron con éxito mecanismos para combatir el acoso y la violencia en los convenios colectivos, así como disposiciones sobre la lactancia y la responsabilidad compartida.

Para María Fernanda Alfonso, ha sido verdaderamente decisivo organizar y movilizar una masa crítica que impulse el cambio. Gracias a la presión social y sindical, la negociación colectiva en el sector público en Colombia ha logrado avances significativos: licencias para trabajadoras víctimas de violencia de género, protocolos institucionales, herramientas que promueven la corresponsabilidad en el cuidado y el reconocimiento de derechos relacionados con la salud e higiene menstrual.

Rashim Bedi, coordinadora de la Asociación de Mujeres Autoempleadas (SEWA) en India, destacó que en la economía informal o en el caso de trabajadoras por cuenta propia a menudo es necesario construir un espacio de negociación, ya que no hay un empleador claro o hay varios empleadores. En un contexto tan diverso, SEWA establece espacios de diálogo social que pueden ser bi, tri o multipartitos. La formación de cooperativas de trabajadoras y otras entidades colectivas también ha permitido a las trabajadoras negociar directamente, logrando mejoras en los ingresos, mejores condiciones de seguridad y una mayor libertad en su trabajo.

Lo que ha quedado claro en la discusión es que situar la justicia de género en el centro de las negociaciones laborales es una decisión política que puede transformar la vida de los trabajadores y del propio sindicalismo. Requiere voluntad, formación, estrategias colectivas, alianzas y una visión estructural de las relaciones laborales y sociales.

 

Viviana Barreto es Directora de Proyectos

del Centro Regional Sindical FES para América Latina y el Caribe

con base en Montevideo, Uruguay.

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Proyecto Sindical

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